Última etapa del embarazo y parto

Antes de nada felicitaros el nuevo año 2018, que espero que os traiga muchas cosas maravillosas a todos.

Ya que hace un tiempo que no escribo, hoy os quiero contar como fue la última etapa del embarazo, el parto (el post es largo, avisad@s quedais).

Mi último post fue el 26 de octubre, y desde ahí estuve muy ocupada, lo cual fue perfecto porque así no tenía tiempo para demasiadas preocupaciones. Una conocida me encargó tres tartas, y a pesar de que no tenía pensado hacer más dado que no quedaba mucho tiempo para el parto, decidí animarme y hacerlas igualmente. La primera era para el 12 de noviembre, la segunda para el 18 y la tercera para el 21, hasta aquí todo sin problema, os adelanto que sólo pude hacer las dos primeras.

Tuve visita con la matrona el día 15 de noviembre, y la medida de mi útero había disminuido medio centímetro con respecto a la medida de hacía dos semanas. Envió una petición al hospital para que me hicieran una ecografía y ver que todo estaba evolucionando bien (ya que mi barriga tampoco creció demasiado en el embarazo), pero tenía que esperar a que me mandaran una confirmación con la fecha. Imaginaos mi preocupación ese día. Al día siguiente (16 de noviembre) recibí la notificación con la fecha para la ecografía, tenía que esperar una semana, hasta el día 23 no tenía vez. Obviamente llamé al hospital, pero como era mi primer hijo (y las primerizas parece que siempre exageramos), mi caso lo había valorado un médico y si me habían dado esa fecha, tenía que esperar. Yo notaba ligeros dolores, pero obviamente nada fuera de lo normal, y obviamente teniendo en cuenta que estaba embarazada en mi último mes, pequeñas molestias son de esperar.

La noche del 16 al 17 dormí escasamente debido a los nervios primeramente y a pequeñas molestias como dolor de menstruación, pero no le dí mucha importancia. Por la mañana seguía teniendo dolores y puntualmente los dolores incrementaban un poco para luego irse pasando, los tiempos de menos dolor no duraban lo mismo y los dolores tampoco, con lo cual ni se me pasó por la cabeza que podían ser contracciones de verdad (además todavía me quedaban 13 días para mi FPP y el primer hijo siempre se suele retrasar). Me levanté porque no queria estar en cama esperando entre pinchazo y pinchazo de dolor, y decidí seguir con la tarta que tenía que entregar al día siguiente. De vez en cuando tenía pinchazos de dolor que hacían que tuviera que parar con lo que estaba haciendo y luego podía seguir. Así estuve todo el día. A eso le tenemos que añadir que en la última etapa del embarazo mi bebé se ponía, de vez en cuando, en alguna posición que me provocaba un intenso dolor en la ingle para luego dejar de sentir la pierna por unos instantes, vamos, un día muy animado.

Cuando llegó Rober (mi pareja) a las 16-17 de ese día yo seguía con mis cake pops para entregar (la entrega eran una tarta, unas galletas decoradas y cake pops decorados), que era lo último que me faltaba por hacer. Cuando Rober estuvo un ratito conmigo se le ocurrió preguntarme si los dolores no serían contracciones de verdad, dado que me estaban dando con bastante frecuencia. Yo le dije que no creia, que no eran tan frecuentes como deberian, pero de todos modos, me dijo que le preguntara a la chica si podiamos entregar la tarta ese día ( y así lo hice, ya que no me quedaba mucho para terminar). A las 19.30 nos fuimos a llevar la tarta a su destino, a 45 minutos de donde vivimos, y "por si acaso" metimos la bolsa del bebé y la mía en el coche, así como los papeles de llevar al hospital y la sillita para el coche (si el hospital queda a 45 minutos también de donde vivimos pero en otra dirección, con lo cual no queriamos arriesgar). Ya en el coche, los dolores se repetian cada 4-5 minutos y en el momento álgido yo no podía hablar, pero seguía sin creer que eso fueran contracciones de verdad.
A las 20.15 entregamos las tartas y Rober me mandó llamar al hospital y ver que me decían. Para mi sorpresa nos mandaron ir por allí para hacer una observación y ver como estaba (desde donde estabamos nos llevaría media hora llegar). A las 20.45 estabamos allí, y pasamos rápidamente, observación sobre las 21.00, hora a la que la matrona dice que tengo 2 cm de dilatación y que puede tocar perfectamente la cabeza del bebé, que no volvemos a casa por el momento, que vamos a ver como evoluciona un par de horas, pasamos a una sala de partos y la cosa sigue su curso, ya no nos vamos a casa (yo que bromeaba con mi madre cuando ibamos de camino a llevar la tarta... entregamos una tarta y venimos con un bebé).

En el hospital hay tres plantas, en una de ellas no utilizan ningún tipo de medicina, todo remedios naturales para calmar el dolor, en las otras si aplican medicinas si las pides. Cuando nos pasaron a la sala de partos no sabiamos en cual de las plantas estabamos, los dos allí asustados, pero yo me quise asegurar y les pregunté, si en algún momento llego a querer que me pongan la epidural, ¿aquí me la pondrían? Me dijeron que si y me quedé tranquila. Aguanté hasta tener 5 cm de dilatación, en aquel momento ya me retorcía de dolor y ni ducha de agua caliente, ni calor en la barriga, ni nada ayudaba, simplemente me retorcía del dolor en la cama (literalmente), pedí la epidural. Para mi dresgracia me dijeron que tenía que esperar un rato, dado que el anestesista estaba en una operación, tras 1 h de espera (que realmente se pasó bastante más rápido de lo que pensaba), vino la anestesista y me puso la epidural. Me pusieron tanta dosis que no sentía ningun tipo de dolor, ni cuando venían las contracciones, pedí que me bajaran la dosis para poder sentir algo, y luego la fueron incrementando gradualmente a medida que los dolores aumentaban. Tuve la mala suerte de que se me durmiera una de las piernas, así cuando me ponía de pie era con la ayuda de Rober (estuvo a mi lado todo el tiempo). En algún momento intermedio vomité (si, mis vómitos fueron continuos durante TODO el embarazo, incluso en la sala de partos), y en el último cambio de matronas me tocaron 2 juntas, una experimentada y otra en prácticas. A las 8 de la mañana (día 18) ya tenía dilatados los 10 cm, pero la bolsa aún no se había roto y el bebé aún tenía que bajar un poco más. A las 9 rompieron la bolsa (se ve que era resistente, que la matrona en prácticas no la dió roto y lo tuvo que hacer la otra) y comenzó el trabajo de parto, en aquel momento tenía pocas contracciones, pero las aprovechaba al máximo como me iba indicando la matrona. A las 10.06 nacía Leo, Rober cortó el cordón umbilical y me lo pusieron encima mientras salía la placenta y cosian los desgarros (que no fueron muchos). Decir que no noté ningún dolor durante el parto.

Disfruté de piel con piel con mi bebé durante dos horas, empezó a mamar y expulsó el meconio encima de mi. Luego lo limpiaron, lo examinaron y Rober lo vistió. Todo había salido mucho mejor de lo que nos pudieramos imaginar.

A las dos horas nos mandaron a otra habitación y lo siguiente, que es el primer mes de Leo os lo contaré en otro post, que ya me he alargado bastante con este.

Aquí os dejo una foto de nuestro Leo con 6 días.


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