Rocky
Os prometí una entrada en la que os hablaría más de Rocky - izquierda en la foto-
Como os contaba ayer, a finales de 2016 hemos incorporado un nuevo miembro en la familia. Decidimos hacernos con un compañero para Grumpy, y eso es en lo que se han convertido, en compañeros y amigos inseparables. En esta foto están celebrando el segundo cumpleaños de Grumpy que fue hace una semana.
Tanto Rober como yo estamos encantados viendo lo bien que se llevan. No os voy a negar que no tuviesemos miedos al principio, son dos machos de tamaño grande, y los machos no siempre se llevan bien entre ellos, pero pensamos que siendo de esta raza que suele ser tranquilota y siendo los dos cachorros (Grumpy aún no habia cumplido los dos años cuando Rocky entró en nuestras vidas), no tenía porque haber un problema. La verdad es que hemos tenido mucha suerte y se han convertido en amigos del alma, inseparables, no pueden estar mucho tiempo el uno sin el otro. Grumpy sabe que es el mayor, el que lo guía, no podría decir la razón de porqué lo sabe, pero es así, está mucho más alerta y siempre pendiente de donde está Rocky. Y, por su parte, Rocky sabe de quien aprender, desde que llego a Noruega se le veía como un poco inseguro, pero en seguida se fijaba en lo que hacía su "hermano mayor" e iba siguiendo sus pasos. Le ha enseñado muchas travesuras si, pero eso es lo que suelen hacer los hermanos mayores, ¿no?
Lo que más me impresionó de todo, y cuando noté que serían inseparables, fueron los primeros dias en Noruega. Rocky se había clavado una espiga en una pata, y pese a que ya le habían operado en España y supuestamente ya estaba curada, el seguía con dolor en esa pata, lo notabamos al ir de paseo, porque al cabo de un rato, empezaba a apoyar mal la pata o a querer descansar (y eso que no dábamos paseos muy largos ya que todavía era pequeño). Entonces un día volvimos muy rápido para casa, pero Grumpy necesitaba pasear un poquito más, yo me quedé en casa con Rocky y mis otros dos hombres se marcharon. Rocky se subió a un banquito de adorno que tenemos en la entrada y se puso a llorar todo el rato mirando a la puerta hasta que llegó Grumpy, entonces se puso todo contento otra vez. Además de esto, cada vez que vamos a pasear, tienen que ir juntos, si no van los dos, no andan más de 100-200 metros (yo sola no puedo llevarlos a los dos, ya que son dos perracos de 40 kg cada uno y cuando tiran me llevarían a rastras).
Al principio Rocky era muy tranquilo, pero pronto se ha vuelto en un revoltosillo. Es super cariñoso (en esto se parece a Grumpy) y super curioso, siempre va detrás de nosotros para ver que hacemos. A ambos les gusta mucho estar con nosotros y que les den masajes (si si, habeis oido bien, que les den masajes). Cuando quieren un masaje se tiran en el suelo a nuestro lado y nos intentan coger la pierna con sus patas y acercarla a su cuerpo para que los masajeemos -lo que más les gustan son los masajes con el pie-.
Os iré contando más cosillas sobre estos dos amores.
¿Vosotr@s teneis animales?
Como os contaba ayer, a finales de 2016 hemos incorporado un nuevo miembro en la familia. Decidimos hacernos con un compañero para Grumpy, y eso es en lo que se han convertido, en compañeros y amigos inseparables. En esta foto están celebrando el segundo cumpleaños de Grumpy que fue hace una semana.
Tanto Rober como yo estamos encantados viendo lo bien que se llevan. No os voy a negar que no tuviesemos miedos al principio, son dos machos de tamaño grande, y los machos no siempre se llevan bien entre ellos, pero pensamos que siendo de esta raza que suele ser tranquilota y siendo los dos cachorros (Grumpy aún no habia cumplido los dos años cuando Rocky entró en nuestras vidas), no tenía porque haber un problema. La verdad es que hemos tenido mucha suerte y se han convertido en amigos del alma, inseparables, no pueden estar mucho tiempo el uno sin el otro. Grumpy sabe que es el mayor, el que lo guía, no podría decir la razón de porqué lo sabe, pero es así, está mucho más alerta y siempre pendiente de donde está Rocky. Y, por su parte, Rocky sabe de quien aprender, desde que llego a Noruega se le veía como un poco inseguro, pero en seguida se fijaba en lo que hacía su "hermano mayor" e iba siguiendo sus pasos. Le ha enseñado muchas travesuras si, pero eso es lo que suelen hacer los hermanos mayores, ¿no?
Lo que más me impresionó de todo, y cuando noté que serían inseparables, fueron los primeros dias en Noruega. Rocky se había clavado una espiga en una pata, y pese a que ya le habían operado en España y supuestamente ya estaba curada, el seguía con dolor en esa pata, lo notabamos al ir de paseo, porque al cabo de un rato, empezaba a apoyar mal la pata o a querer descansar (y eso que no dábamos paseos muy largos ya que todavía era pequeño). Entonces un día volvimos muy rápido para casa, pero Grumpy necesitaba pasear un poquito más, yo me quedé en casa con Rocky y mis otros dos hombres se marcharon. Rocky se subió a un banquito de adorno que tenemos en la entrada y se puso a llorar todo el rato mirando a la puerta hasta que llegó Grumpy, entonces se puso todo contento otra vez. Además de esto, cada vez que vamos a pasear, tienen que ir juntos, si no van los dos, no andan más de 100-200 metros (yo sola no puedo llevarlos a los dos, ya que son dos perracos de 40 kg cada uno y cuando tiran me llevarían a rastras).
Al principio Rocky era muy tranquilo, pero pronto se ha vuelto en un revoltosillo. Es super cariñoso (en esto se parece a Grumpy) y super curioso, siempre va detrás de nosotros para ver que hacemos. A ambos les gusta mucho estar con nosotros y que les den masajes (si si, habeis oido bien, que les den masajes). Cuando quieren un masaje se tiran en el suelo a nuestro lado y nos intentan coger la pierna con sus patas y acercarla a su cuerpo para que los masajeemos -lo que más les gustan son los masajes con el pie-.
Os iré contando más cosillas sobre estos dos amores.
¿Vosotr@s teneis animales?
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